sábado, 7 de julio de 2012

Adiós mi fiel amiga





«Si alguien me hubiera dicho esta mañana que al volver la mirada, sería la última vez que la vería, a buen seguro que no le habría creído» Mi mejor amiga, siempre ha sido mi fiel compañera, como si de un perro lazarillo se tratara, siempre atenta a mis giros, escuchando con paciencia mis desvaríos, sin replicar… «! Pero que digo! si nació muda».

Me cuesta verme viviendo a este lado del mundo sin ella, porque no os lo he contado pero existen dos mundos paralelos; el de los vivos que es donde me hallaba esta mañana y el de los muertos a donde cruzamos cuando dejamos de respirar y donde me encuentro ahora. Antes de traspasar el puente, mi último pensamiento fue para ella; «No puedo dejar que me acompañe… allá donde voy es un mundo de tinieblas donde el sol no calienta los días, los minutos, los instantes. Allá donde voy todo es gris y en tinieblas, a buen seguro que mi amiga se moriría de pena».

Al llegar me sorprendió cruzarme con muchas personas que al preguntarles si habían tenido una amiga como la mía, me miraban extrañadas pues no sabían de que les hablaba y es que en el mundo de los vivos muchas personas no tienen el tiempo ni la capacidad; para detenerse a observar, a escuchar… sus vidas han sido autenticas carreras a ninguna parte. ¡Bueno! sí, al puente que separa los dos mundos. Por el contrario vi a otras muchas personas acompañadas por sus fieles amigas y se me hizo extraño, cuando les pregunte ¿Por qué? Las habían dejado venir, muchas fueron las que se rieron y me gritaron; que no podían vivir sin ellas. Pronto me di cuenta que esas personas pertenecían al grupo de los egoísta, a esos que mientras ellos se sientan acompañados no les importa si sus fieles amigas están bien o no. Aunque yo debo reconocer que jamás hice nada por mi fiel amiga ni siquiera la tuve en cuenta en los tristes y nublados días de invierno en los que la perdía de vista. Yo, el ser mas egoísta seguía caminando a mi ritmo sin importarme su suerte y un buen día aparecía. Tampoco le pregunté jamás ¿Dónde había estado?, ¿Qué había hecho? sencillamente la dejaba seguirme como si el tiempo sin ella no hubiera transcurrido.


Antes de traspasar el puente, mis últimos pensamientos fueron para ella, cuando llegué a la mitad, me giré y le pedí que no me siguiera porque a donde iba no me podía acompañar. Le grite con las pocas fuerzas que me quedaban __ Eres libre, ahora ves en busca de una mejor persona – y con lágrimas en los ojos le susurre ahora eres libre y no olvides que has sido la mejor de las amigas, la mejor de las sombras. Así fue como traspase al mundo de las tinieblas donde no luce el sol, donde mi sombra no me puede acompañar porque aquí todo es oscuridad…

— He cruzado el umbral de la muerte, no me sigas...




No hay comentarios:

Publicar un comentario