miércoles, 15 de febrero de 2012

Observando los railes de una vieja estación



Esta mañana paseando sin rumbo fijo, recorrí todos los caminos que me llevaban a la antigua estación, allí sentada sobre lo que un día fue un banco de madera bien barnizado, he contemplado las vías muertas y en desuso. Al observar su simetría, tan iguales en todos sus aspectos y  me he dado cuenta del símil de nuestras vidas con los raíles de acero.

Las construyeron para vivir en pareja y siempre fueron en paralelo, la una al lado de la otra, aunque de antemano todos sabían que nunca se unirían en estrecha relación porque de lo contrario su funcionalidad dejaría de tener sentido ya que los trenes tienen ruedas a ambos lados, construidas también en paralelo y separadas por la misma distancia que tienen las vías.

Paradojas del destino, tu y yo también estamos separados por la distancia y nuestras vidas transcurren paralelas como las vías del tren, salvo que las circunstancias son diferentes, ya que nuestras vidas pueden cruzarse en cualquier momento solo hace falta que el destino actúe y dejaremos de ser dos almas paralelas. Por el contrario también podemos forzar el acontecimiento y cruzar el espacio que nos separa, nada nos lo impide salvo la voluntad de hacerlo.

Cuando empecé a escribir este micro relato, no tuve en cuenta que ya existen trenes que van por monorraíl, ¿será esa la causa de la soledad de algunas almas?

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